La “cocinera”

En mi familia el amor a la cocina es una tradición. Mi madre aprendió con su abuelita francesa y yo aprendí de ella y de mi abuelita cubana. Esa, mi abuelita Adela, me hizo amar el sabor criollo, el sabor cubano que uno paladea en un plato de frijoles negros “dormidos”, en la yuca con mojo o en la pierna de puerco asado que la tradición impone el 31 de diciembre y que en mi casa preferimos comer siempre que se nos ocurre. Pero fue mi madre quien me dió la curiosidad culinaria, la “osadía” y el mal hábito de cambiar todas las recetas…

No soy una chef… cocino sin sofisticación y sin pretensiones, solo por placer (ese que a veces hace del deber una delicia). Me gusta ver a mi familia feliz degustando mis “inventos” o sencillamente saboreando años de tradición.

¿Sugerencias? ¿Nuevas recetas? ¡Espero por ti!